Finalmente el día de la cita en el que Panteón Rococó se reencontró con su público mexicano llegó. Lo que originalmente en 2020 serviría para celebrar las bodas de plata de la agrupación, terminó transformándose en una monumental ofrenda artística para quienes ya no están, y con casi 27 años cumplidos después de que a causa de la pandemia el festejo original no pudiera suceder.

Así, la primera de tres noches se llevó a cabo el pasado viernes 10 de diciembre en el Foro Sol, una de las casas favoritas de "los panteones" a lo largo de todos estos años, solo que hoy vistiendo sus mejores galas, pues no es fácil para ninguna banda cumplir más de 25 años y menos haciéndolo con tres fechas llenas en el Foro Sol.

La gente comenzó haciendo su parte, ya que después de haber guardado su boleto por más de año y medio para este concierto, lograron encontrarlo de donde lo tuvieran para asistir desde muy temprano a esta cita imperdible. Filas y filas en todas direcciones y sentidos se formaron a las afueras del recinto ya casi a la hora, pero el acceso era lo suficientemente fluido para evitar que alguien se perdiera siquiera el gran setlist que preparó Antidoping, invitados de lujo quienes a las 8 de la noche comenzaron la prefiesta reggae con casi 40 minutos de duración, dedicada a los anfitriones y a la salud de "Zopi".

Ya en punto de las 9:20 de la noche el Panteón Rococó anunciaba su llegada con la proyección de algunos mensajes de fans a los que su música los ha acompañado en momentos importantes de su vida, algo que sin duda representaba a cada uno de los más de 80 mil asistentes que tenían lleno por completo el foro. Fue entonces que "el panteón" apareció para inaugurar la fiesta con una canción inmejorable para ello: "Toloache pa' mi negra". A partir de ahí, un bombardeo de pura música que no dio demasiado espacio a los discursos.

"Pequeño tratado de un adiós", "Vendedora de caricias", "La rubia y el demonio" y éxito tras éxito fueron sonando mientras distintos y muy distinguidos invitados musicales como Francisco Familiar, Leonardo de Lozanne, Mon Laferte para "Si una vez", Rubén Albarrán y Jot Dog fueron acompañando alguna de las interpretaciones. La primera parte de la fiesta incluyó canciones como "Hostilidades", "Viernes de Webeo", para la cual Dr. Shenka mencionó: "Son afortunados, porque esta canción no tiene sentido tocarla mañana...", "El Último Ska" y "Te vas a acordar de mí".

Para la segunda parte del setlist, una inmensidad de público lo suficientemente bailado y bebido, aún tenía la energía necesaria para disfrutar de "Hasta que te conocí", "Acábame de matar", "La dosis perfecta", "Infiernos", "Arréglame el Alma" y por supuesto de la que dio el broche de oro: "La carencia", que una vez más demostró el poderoso himno de las masas que es. Tras ello la banda agradeció de todo corazón a su fiel fanaticada, tomándose la tradicional selfie y dejando el escenario en silencio y calientito para un par de conciertos más que cerrarán esta verdaderamente histórica tercia de conciertos que celebran la carrera de una de las bandas mejor identificadas con ser mexicano.