Dos horas de energía, ska y mucho baile se apoderaron de El Plaza Condesa cortesía de la Tokyo Ska Paradise Orchestra; tras un anunciado sold out la agrupación japonesa se encargó de complacer a chicos y grandes en un espectáculo impecable, interpretando sus éxitos y algunas sorpresas a lo largo de la noche, dejando muy en claro porqué se han vuelto una de las bandas consentidas en nuestro país.

Los primeros acordes en sonar fueron los de ‘Skull Colector’ provocando gran euforia en cada uno de los asistentes y con un - ¡Cómo está México! – se dio por inaugurada tan increíble velada. Para posteriormente escuchar temas como ‘Glorious’, ‘Battle Of Tokio’, ‘Heaven’s Door’. La conexión entre los fanáticos y la agrupación era evidente, los gritos de ¡Oe- Oe- Oe- Oe Tokyo, Tokyo! no se hacían esperar, mientras que el guitarrista Takashi Kato saludaba al público y les preguntaba qué tal la estaban pasando. Sorprendiendo a todos sus seguidores con la participación especial de Kavka Shishido en un solo de batería en el tema ‘Paradise Has No Border’ y para después interpretar el tema ‘Recuérdame’ de la película ‘Coco’ completamente en español.

La noche era joven, los asistentes no paraban de bailar al ritmo de ‘Samurai Dreamers’ y el ya clásico cover que hacen de ‘One Step Beyond’ enardeciendo la pista, abriendo paso a la cantante puertorriqueña Ile quién cantó ‘Te Quiero con Bugalú’ tema en el que comparte créditos con la banda, continuando con una interpretación completamente en japonés de ‘Tetagaki No Ame’. Las siguientes canciones en sonar fueron ‘Suikinkutsu’, ‘Pride of Lions’, ‘5 days of tequila’ y finalmente ‘Pedorazu’; parecía que el fin de tan espectacular concierto había llegado, pero no, con un ‘¡Gracias México los amamos!’ y la bandera nacional, los músicos procedieron a interpretar de una forma completamente emotiva ‘Cielito Lindo’ provocando la emoción a flor de piel de sus fans, cerrando de una forma efusiva con ‘Monster Rock’ prometiendo volver para su aniversario numero treinta el próximo año.

El agradecimiento total tanto de la banda como de los asistentes era evidente, pocas son las bandas extranjeras que logran conectar de una manera tan intima con sus seguidores y esta vez no fue la excepción, una sonrisa de oreja a oreja estaba dibujada en cada persona que asistió, mientras que la agrupación se encargó de dar catedra de la implacable forma de mezclar sonidos de ska, jazz y rock.

Larga vida a la buena música.

Texto por Itzel Roman. Fotos cortesía de Óscar Villanueva Dorantes.