La noche prometía lluvia, y cumplió. Pero ni los cielos abiertos ni el caos vial que envolvió a los asistentes impidieron que los fans de Supergrass llenaran el Teatro Metropólitan con una fuego, que ni el agua pudo apagar. La banda británica, ícono del britpop de los 90, ofreció un show cargado de potencia, nostalgia y momentos entrañables que hicieron valer cada minuto de espera bajo la tormenta.

Desde que sonaron los primeros acordes de ‘I'd Like to Know’, la banda demostró que el tiempo no ha mermado su fuerza sobre el escenario. Acompañados por un público entregado desde el inicio, pasaron sin descanso por clásicos como ‘Caught by the Fuzz’, ‘Mansize Rooster’ y la entrañable ‘Late in the Day’, que se sintió como una cápsula de regreso a tiempos más simples.

El setlist fue una carta de amor a los fans de toda la vida, con joyas como ‘Mary’, ‘She's So Loose’, y una encendida versión de ‘Lose It’ que levantó de sus asientos incluso a los más cautelosos. Uno de los momentos más íntimos de la noche llegó con ‘Sofa’, provocando una ovación que duró varios minutos.

El tramo final del concierto fue una verdadera descarga de adrenalina, con himnos como ‘Richard III’, ‘Moving’ y ‘Grace’, que marcaron el cierre del repertorio principal. Luego, el encore trajo dos joyas: una brillante interpretación de ‘Sun Hits the Sky’ y el cierre explosivo con ‘Pumping on Your Stereo’, desatando una catarsis colectiva entre los asistentes que corearon cada palabra como si fuera un mantra generacional.

Supergrass no sólo ofreció un concierto, entregó un reencuentro. Una noche donde la lluvia, el tráfico y el caos exterior se desvanecieron ante la fuerza de la música y la complicidad de una audiencia que entendió que lo vivido anoche no fue solo un recital, sino una celebración. Una vez más, y quizás por última vez, todos estuvimos ‘Alright’.