Un KnotFest Meets ForceFest con sabor amargo
10:38
Los pasados 30 de noviembre y 1 de diciembre se realizó el tan esperado evento KnotFest Meets ForceFest, un nuevo intento de Live Talent por recuperar la confianza del público metalero.
Ya no sabemos si llamarle demasida mala suerte, demasiada incompetencia o mucho de ambas, pues de nueva cuenta y esta vez con un festival que se estaba desarrollando con normalidad en sus primeras horas, claro, con los detalles de cualquier otro, y más, siendo una sede desconocida para la mayoría, terminó convirtiéndose en una pésima experiencia para la productora, artistas y público.
A unas horas de iniciar el primer día bajo el nombre KnotFest, no se había terminado del todo la infraestructura para recibir a por lo menos 50 mil personas que venian de distintas partes del país. Aún con ello, la gigantesca fila ingresó de buen manera para comenzar a instalarse con algo de retraso en su escenario favorito y de inmediato disfrutar de presentaciones como las de Project 46, Chelsea Grin y Cemican.
Más tarde, ya con Nothing More, Stratovarius, Papa Roach y Behemoth habiendo terminado su actuación y la mayoría de la gente gratamente sorprendida por la alta calidad del festival, algo pasó, algo que parecía que hasta las Cherry Bombs trataban de ocultar, siendo finalmente incontenible y transformándose en lo que se temía y anticipaba: Un nuevo fracaso de evento.
Cerca de las nueve de la noche, internamente se reportó que algunas vallas tenían fisuras que representaban riesgos para público y artistas; de acuerdo a Javier Castañeda de Live Talent, la empresa dueña del equipo cerró micrófonos y no se pudo dar aviso a los asistentes que de a poco comenzaban a presentar signos de desesperación y enojo al ver que Evanescence no salía a escenario, esto sumado a la justa inconformidad de quienes se encontraban en zona preferentemente y veían como desde el puente vehicular que se ubica a no más de 10 metros del Deportivo Oceania, algunas decenas de personas gozaban de un "VIP" gratuito.
Así pasasaron casi dos horas de descontento, hasta que cierto grupo de personas que evidentemente no se les puede llamar metaleros y que existen en todo tipo de concentración masiva solo para reventar la paz, logró quebrantar la valla, creando la histeria colectiva en una minoría que terminó en quema de instrumentos y escenario, golpes, robos y por supuesto, la cancelación de los actos de Evanescence y Slipknot de forma acordada entre Live Talent y bandas para no generar un mayor daño.
Al día siguiente fue turno de vivir ForceFest, con la sensación de un nuevo día después de un desastre natural. Live Talent daba un comunicado sobre que los asistentes del día sábado podrían ingresar el domingo para ver a "todas las bandas del cartel", bueno las de las tres de la tarde en adelante, ya que se tomó la decisión de cortar la participación de los primeros artistas a falta de las garantías mínimas para desarrollar sus sets, lo que se sumaba a las cancelaciones de Testament y Phil Anselmo, quienes según Javier Castañeda, no hicieron el viaje a México por estar en una fiesta con Slayer.
La gente ingresaba en mayor número y la seguridad parecía hacer su trabajo correctamente, Kenny y Los Eléctricos le ponían buena cara al festival y así siguieron las demás bandas programadas como Strike Master y Especimen, hasta que a las 7 y media de la noche el escenario principal se pudo utilizar para la gran presentación de Exodus ante un público reducido que denotaba hartazgo más que satisfacción. Ya después cerraría La Lupita, In Flames, un flojo Rob Zombie y W.A.S.P., que tocaron solo 5 canciones a falta de un buen sonido, poniendo así la última página a un nuevamente negro capítulo que probablemente busque continuación el próximo año.
0 comenta