Tras un abrupto cambio de sede, se realizó la segunda edición del festival Hipnosis.

La mudanza sin duda afectó, pero no lo suficiente para que la organización se quedará con números a favor en esta larga jornada de música distorsionada y psicodélica. Esto se comprobó desde que cada uno de los camiones contratados para transportar de forma gratuita a los asistentes fueron llegando muy temprano a las Caballerizas Huixquilucan, un bello lugar rodeado de un riachuelo y una gruesa capa de árboles al pie de los cerros que de no ser por las recientes lluvias, hubiera lucido su mejor cara.

En este Hipnosis cada una de las bandas dejó lo mejor de sí sobre su gran escenario blanco, siendo el dueto mexicano de Sgt. Peppers, los primeros en salir aún con el olor a caballo impregnado en el ambiente; siguiéndoles los totalmente entregados y profesionales Build A Vista, antes de San Pedro el Cortez, banda que a mitad de su set desató el primer slam del día, antes de pasar con las hermanas Findlay de Stonefield, poseedoras de una potencia y energía nada cercana a la delicadeza.

Justo al llegar a mitad del día, una ligera lluvia comenzó a caer, lo que dificultó el libre paso de por sí perjudicado, sin embargo, los brasileños Boogarians hicieron olvidar esto con su carisma y sabor sudamericano que le dieron un toque dulce al festival. Más tarde, ya con la noche cayendo y bastantes aventados por la tirolesa que fue instalada en medio del foro, DIIV y OM con un mágico set se hicieron presentes para dar clase de buen rock. Para mala fortuna, la lluvia se hizo constante cuando Wooden Shjips salió y el lodo se convirtió en una espesa capa resbaladiza que comprometió la experiencia.

Para la última parte del festival el frió llegó, juntándose con la incesante lluvia y una enorme fogata que fue el punto de reunión para quienes buscaban de forma desesperada calor corporal y compartir una que otra fumada con el compañero de junto. Mientras, de fondo sonaba Allas-Las, acto que abrió paso a los estelares de la noche: Unknown Mortal Orchestra y King Gizzard  & The Lizard Wizard, quienes hicieron reventar el lugar con un salvaje y electrizante show que terminó hasta pasadas las dos de la mañana.

Al final la gente se retiró con el enorme peso del lodo cubriendo sus pies que se hundían a cada paso hacia la salida, pero con los oídos y el corazón complacidos al cien por ciento, pues el line up combinó a la perfección con la mística del lugar, y demostró que Hipnosis puede ser aún más grande si se lo propone para futuras ediciones.