Se realizó la primera edición del festival The World is a Vampire.

El día 4 de marzo fue la fecha elegida por Billy Corgan de The Smashing Pumpkins para llevar a cabo The World is a Vampire, su propia idea de festival generado a su imágen y semejanza en el que se combina un playlist oscuro al gusto de Billy y la lucha libre, su otra pasión declarada en muchas ocasiones, y que tuvo un buen recibimiento con el cuadrilatero ubicado en el centro del Foro Sol.

Así llegó finalmente el día sábado, uno demasiado caluroso que no hizo juego con la ropa oscura de la mayoría del público,  el cual fue llegando poco a poco pero constante durante las nueve horas que duró el evento, primero para ver los sets de El Shirota, Acid Waves, In The Valley Bellow y Ekkstacy, y posteriormente ya con una asistencia mayor y con el sol metiéndose, los shows, primero el hipnotizante de Chelsea Wolfe, para pasar por Deafheaven y un combo fúricó con las presentaciones de Turnstile y la de Margaritas Podridas.

No es un secreto que el mayor peso en la venta de boletaje para esta primera edición recaía en Interpol, banda que aunque viene constantemente a México, tiene una buena base de fans bastante fieles que los siguen a cualquier recinto que se presenten, y este no fue la excepción, pues cerca de las 9 de la noche, Pauls Banks y compañía aparecieron para llevar a lo más alto el festival, logrando colocar cerca de 35 mil personas sobre la explanada del Foro Sol.

Al mismo tiempo, las chicas de The Warning dieron lo mejor de sí en el segundo escenario, uno que evidenció su pequeño tamaño para un show como el de las regiomontanas, quedando desbordado por una marea que se deslumbró ante el talento de The Warning, demostrando una vez más que ya son el presente del hard rock nacional.

Finalmente y ante una hermosa luna que iluminó esta vampírica noche, la leyenda, Peter Hook, dio una verdadera clase de ejecución musical con su tremendo set que hizo recordar sus épocas con Joy Division y New Order, antes de que The Smashing Pumpkins se subiera al escenario principal en punto de las 11 de la noche ante unas 20 mil  personas que decidieron terminar el festival como debía de ser, viendo a Billy Corgan en un buen momento y con ese look natural que siempre nos lleva a lo sobrenatural, la locura y lo ecléctico.

No sabemos si habrá una segunda edición del festival The World is a Vampire, quizás sí, pues hay un público fuerte para él, pero para ello habrá que reforzar la identidad como concepto de marca festivalera, pues por lo menos en esta primera vez, no teníamos referentes a simple vista que nos recordaran que estábamos en un festival y no en un concierto más con muchos abridores para Interpol, o más bien para The Smashing Pumpkins.