Hablar de Molotov es hablar de una de las agrupaciones más representativas del rock mexicano, y este año se encuentran celebrando 30 años de trayectoria. Atrás quedaron esos años de abierta censura en los que Molotov desafiaba al sistema con sus letras políticamente incorrectas. Hoy, si bien el discurso continúa vigente, las restricciones son menores.

La noche del 30 de octubre, Molotov se presentó ante un Palacio de los Deportes lleno, marcando su regreso a la CDMX después de haber demostrado, hace un par de años, que incluso pueden llenar por sí solos un Estadio GNP, además de haber sido estelares nuevamente en el Vive Latino 2025. El estallido de la “molocha” comenzó minutos antes de las 9 de la noche, justo en el instante en que los fans ya mostraban signos de ansiedad por ver a la banda aparecer.

Paco, Micky, Randy y Jay —quien, como bien sabemos, se reincorporó de lleno nuevamente a la banda desde hace unos meses debido a la convalecencia de Tito Fuentes— apagaron las luces del recinto, acompañados de Pato Machete, quien también se ha integrado a algunas presentaciones para sumar su talento en las voces. Así comenzó la fiesta con “Que no te haga bobo Jacobo”, “Oleré y oleré y oleré el UHU” y “Amateur (Rock Me Amadeus)”.

Aquello era una locura: gritos, guitarras y una energía que traspasaba la estructura del Palacio. La noche continuó con temas como “Parásito”, “Rastaman-dita” y “Lagunas mentales”. Fue justo después de “Changüich a la chichona” cuando llegó el momento más esperado: la aparición de Tito Fuentes, pieza fundamental de Molotov, quien este año ha tenido problemas de salud que lo han mantenido alejado de los escenarios. Si bien ya había hecho algunas apariciones especiales en los recientes shows, esta celebración de 30 años no se la podía perder. Entre ovaciones y la aclaración de sus compañeros de que Tito no podía hablar, tomó su guitarra y los acompañó en canciones como “Río”, “Here We Kum” y “Noko”, y, por supuesto, en los himnos “Voto latino” y “Gimme tha Power”, completando así el verdadero dream team sobre el escenario de Molotov.

Fue una noche larga, en la que la banda se dio vuelo con un show de prácticamente tres horas, donde, por supuesto, sonaron todas las canciones que tenían que sonar, además de algún gusto de Molotov que no suele aparecer en los festivales, como “Rap, soda y bohemia”. Treinta temas, contando el encore, para hacer coincidir con el número de años que celebran, y que finalizó con “¿Comprendes Mendes?”, el homenaje a Control Machete.

¡Larga vida a Molotov y que Tito se recupere pronto!