Zoé arrulló entre estrellas a 65 mil personas en la primera de cinco fechas en el Estadio GNP

La noche del sábado 27 de septiembre quedará tatuada en la memoria de miles. Fue el arranque de una serie de cinco conciertos que Zoé ofrecerá este año en el Estadio GNP, un logro que la coloca como la única banda de rock mexicana en alcanzar semejante hazaña. Y qué manera de comenzar: con un debut cargado de magia, emoción y una comunión irrepetible entre público y escenario.

Aunque el boleto decía que la cita era a las 9, 'el bailazo' comenzó antes. A las 8:30, Hello Seahorse! irrumpió con fuerza, entregando un set breve pero certero. La voz de Denise Gutiérrez atravesó la lluvia que caía con insistencia sobre la Ciudad de México, contagiando de su serena energía femenina un estadio que ya estaba prácticamente lleno y que lucía cubierto por las famosas capas de plástico, pero nadie quiso moverse, pues venía lo mejor y habían pasado por mucho para estar aquí.

Minutos después, cerca de las 9:30, las luces se apagaron y apareció Zoé bajo un clima más amigable y en medio de una densa niebla artificial. León Larregui y compañía se adueñaron del escenario mientras 65 mil almas estallaban en un coro colectivo. El clima, ahora más sereno, parecía cederle el protagonismo a la música que inició con Memo Rex, Vía Láctea, Vinyl y No me destruyas.

El montaje no se quedó atrás. En los últimos meses, los artistas que se han presentado en este recinto han apostado por producciones espectaculares, dejando de lado el caracterist6armado genérico, y Zoé estuvo a la altura. La gigantesca pantalla que ya había deslumbrado en el festival Pa’l Norte se levantó imponente en el GNP, reforzando cada acorde y cada atmósfera.

El viaje musical se extendió hasta pasada la medianoche. Fueron 27 canciones que atravesaron distintas épocas de la banda. Hubo algunos tropiezos técnicos, pero nada que empañara la experiencia. Entre los momentos más coreados resonaron “Paula”, “REXSEXEX”, “Karmadame”, “Arrullo de estrellas” y “Miel”.

En un instante íntimo, las pantallas proyectaron un mensaje de apoyo a Palestina, gesto con el que la banda se sumó a las voces artísticas que han expresado solidaridad alrededor del mundo. La velada culminó con un trío de himnos: “Labios rotos”, “Soñé” y “Dead”, cerrando un capítulo que, sin duda, quedará en la historia de Zoé y en la de todos los que estuvieron ahí.