La noche del jueves el auditorio BB y sus asistentes fueron testigos de un viaje musical que fusionó psicodelia, funk y experimentación instrumental con los solos de guitarra característicos de Ruban Nielson. La presentación del trío neozelandés-americano regresó a la capital mexicana para presentar su más reciente trabajo IC-02 Bogotá y repasar los temas más emblemáticos de su carrera. Combinaron sus clásicos con inspiraciones más recientes destacando especialmente por los hipnóticos solos de guitarra que marcaron el pulso emocional de la velada.

Desde los primeros acordes de “Necessary Evil” quedó claro que Nielson no se limitaría a reproducir sus grabaciones de estudio. Cada tema fue una plataforma para la improvisación 

y la expansión musical. Los solos de Nielson oscilaron entre lo melancólico, lo caótico y lo contemplativo.

Durante “Multi-Love” Ruban nos entregó uno de los momentos más icónicos de la noche: un solo de guitarra que transformó la melancolía alegre de la canción en algún tipo de trance emocional para los asistentes. La banda nos demostró una vez más que la sensibilidad va más allá del virtuosismo, era como si los instrumentos tuvieran vida propia y se adueñaran del recinto.

En lugar de exhibicionismo y espectáculo, la experiencia sonora que nos entregaron funcionó como un eco emocional. Canciones como “Hunnybee” y “Swim and sleep” resonaron con fuerza en el lugar brindando una interacción sincera entre la banda y sus seguidores. El 

público respondió con entusiasmo a cada interpretación coreando las letras, siguiendo el ritmo con las palmas y dejándose llevar por la experiencia.

No fue un concierto de explosiones, ni de saltos o selfies. Fue una vivencia íntima, en voz baja, como si la música llegara desde dentro de las almas y sus cuerpos bailaran con ellas. Unknown Mortal Orchestra demostró su ingenio musical y la capacidad para reinventarse. Nos dieron en cuerpo y alma un show, una conexión con los sentidos y una desconexión con el bullicio de la Ciudad de México. El Auditorio estaba en pausa mientras la ciudad seguía, una pausa casi poética en medio de una ciudad que nunca se calla.