El 23 de septiembre está marcado como la noche en que Porter conquistó el Palacio de los Deportes.

Eran aproximadamente las 8:30 de la noche y en medio de una multitud de fanáticos de Depeche Mode que buscaban desesperadamente cruzar hacia el Foro Sol para ver al dúo británico en su segunda noche, en el Palacio se formó un microcosmos, completamente aislado del exterior, en el que solo cabían los más fieles seguidores de Porter. A pesar de no haber logrado declarar el "sold out", hicieron una extraordinaria entrada al borde del lleno.

Esta burbuja, protegida por el domo de cobre, estalló cuando Porter apareció en el escenario para interpretar 'Qué es el amor'. Esta banda, que ha pasado por muchas mutaciones, desde lo multisensorial hasta lo prehispánico, no se siente tan cómoda visitando los espacios musicales de sus primeros años. Sin embargo, en esta noche tan especial, como ellos mismos habían comentado, no podían guardarse nada, y así lo hicieron, ofreciendo el espectáculo más largo y completo de su carrera.

Interpretaron un total de 25 canciones, con un setlist equilibrado entre sus cinco álbumes de estudio, desde 'Los Ponys Pastan' hasta 'La historia sin fin'. Estas canciones hicieron vibrar, cantar, llorar y bailar a cada uno de los presentes, incluyendo temas como 'Murciélago', 'Rincón Yucateco', 'La China', 'Host of a Ghost', 'Palapa', 'Cuxillo'. Hubo gratas sorpresas con canciones que no son habituales en los conciertos de Porter, así como algunos invitados especiales que transmitieron la sensación de una verdadera fiesta. En la parte final del concierto, 'Daphne' con Caloncho, 'Xoloitzcuintle Chicloso' con Renee, 'Vaquero Galáctico' con Denise Gutiérrez y 'Espiral' con Little Jesus, siendo esta última la que cerró la noche.

Porter puede sentirse muy contenta como banda y agradecida con quienes los han seguido desde sus inicios como una joven agrupación de Guadalajara desde 2004. Hoy llenan un Palacio y habrá que ver qué les depara la galaxia en los próximos años.