La banda escocesa volvió a México para ofrecer un potente y enérgico show.

Luego de algunos meses de espera desde que se anunció el concierto, finalmente Franz Ferdinand volvió a reencontrarse con sus seguidores de la capital, ahora en el Palacio de los Deportes, un sitio que probablemente no fue el mejor para ellos debido a la bien conocida y muy singular acústica del recinto, además del tamaño, quizás de dimensiones mayores a las necesarias, pero la calidad en audio, y por supuesto la buena actitud de los liderados por Alex Kapranos nos dejaron con la sensación de haber visto uno de los mejores shows de este año en Ciudad de México.

Este concierto resultó ser un buen combo británico, pues contó con la participación adicional de The Vaccines como banda abridora, algo que se agradece mucho, ya que los ingleses son garantía de buen show en vivo, y vaya que lo volvieron a hacer esta noche, calentando el escenario en punto de las 7:45 de la noche con un set cortito que incluyó una fina selección de nueve de sus canciones más conocidas como I Can't Quit, Teenage Icon y If You Wanna.

Así, habiendo pasado pocos minutos de las nueve de la noche ante un Palacio de los Deportes cercano al lleno el quinteto apareció elevando emociones a tope de inmediato con la ya clásica No You Girls, para posteriormente en sus intervenciones, Alex Kapranos agradecía el caluroso recibimiento del público a quien les recordó no veía desde hace unos años cuando estuvieron en el Corona Capital.

En total fueron 17 canciones que tocó Franz Ferdinand y cuatro más de encore, todas ellas éxitos que la banda ha cosechado por más de 15 años y mismas que vienen sonando en su actual tour por Estados Unidos como es el caso de Do You Want To, The Dark of The Matinée, Lucid Dreams, Love Illumination y Take Me Out, la cual fue el momento más brillante de la noche. Aunque es de agradecer que en este show se incluyó Right Action, tema que fue el quinto del set. 

Franz Ferdinand sí que supo sacarle provecho al Palacio de los Deportes como pocas bandas, lo iluminó, lo hizo vibrar y se despidió entre miles de aplisos. Además, la energía y buena vibra que no baja en ningún momento del show deja con ganas de verlos en su próxima visita que esperemos no tarde mucho en llegar.

Fotos cortesía de OCESA